Sala Mi Cielo
Mi Cielo nuestro rinconcito para aprender juntos y crecer!!!!
miércoles, 18 de noviembre de 2015
Poesía La Escuela de las Flores
Poesía La escuela de las Flores
En medio del prado
hay una escuela,
adonde van las flores
y las abejas.
Amapolas y lirios,
margaritas pequeñas,
campanillas azules
que con el aire, suenan.
En medio del prado
hay una escuela
y a ella van las rosas
en Primavera.
En el medio del prado
hay una Escuela,
y una margarita
que es la maestra.
Gloria Fuertes
Derecho a la Identidad
Un cuento para trabajar la identidad: "Nació mi nombre"
Todos los niños tienen derecho a una identidad oficial registrada en un certificado de nacimiento, así como el derecho a adquirir una nacionalidad, conocer a sus progenitores y recibir sus cuidados. Sin una inscripción oficial al nacer o sin documentos de identificación, los niños pueden quedar excluidos del acceso a servicios fundamentales como la educación, la atención de la salud y la seguridad social.
En muchos países, hay niños que no tienen existencia legal por lo tanto a los ojos de la ley no tienen nombre. Entonces, se encuentran en gran peligro de ser ilegalmente explotados, ya sea por el trabajo, la prostitución y los tráficos de todas clases.
Un nombre, una palabra de todos los días, una palabra sobre la cual casi no se reflexiona, tener un nombre parece evidente. Sin nombre, ¿cómo hablaríamos de nosotros mismos, de los otros, de los que nos rodea ? ¿Cómo podríamos contar historias si no pudiéramos designar mediante una palabra todo lo que nos rodea, todo lo que vemos, todo lo que experimentamos ?
Un nombre tiene una historia, un sentido, un nombre viene de alguna parte...
De esto trata el cuento que escribió Ana Gracia y fue el punto de partida para otro de sus proyectos colaborativos.
Pilar con su pincel mágico le pidió prestado los colores al arco iris para ilustrar la historia.
Luego cada una lo narró imprimiendo al relato dos versiones: para el público argentino y español.
Mi tarea fue reunir todo y editar los vídeos seleccionando la música para cada pasaje.
Hoy, 20 de noviembre, día Universal de la Infancia decidimos que es la fecha más adecuada para presentarlo y pueda ser utilizado como recurso para trabajar el derecho a la identidad.
Aquí y en Cuentos de Tihada podrán acceder a la versión argentina, pero también los invito a pasar por Cuaderno de colores para disfrutar la historia narrada por Pilar.
Mensajes para las carpetas del Jardín
Mensajes para las carpetas del Jardín.
A las maestras nos gusta dejar en la última hoja de la carpeta de los chicos un mensaje de despedida. A veces buscamos palabras nuevas para transmitir un sentimiento que nunca cambia : todo el amor que sentimos por cada pequeño.
Les dejo estos mensajes de ejemplo cuya intención es que no se transformen en modelos para copiar sino en fuentes de inspiración...
"La aventura comenzó aquel día cuando te recibí con alegría.
Vi en tus ojitos tanta ternura que te dí l mano llena de amor.
Juntos iniciamos el viaje levando sólo por equipaje ,muchas ganas de cantar, jugar, miles de historias para soñar, veinte kilos de curiosidad y caramelos ¡Sí!¡Es verdad!
Nos divertimos y te vi crecer ; de vos pude aprender a dibujar estrellas y sentir, a volar muy alto y sonreír.
Hoy que el viaje se ha terminado te doy las gracias por haberme dado la inocencia de tu niñez.
quiero desearte esta vez ¡mucha suerte en tu nueva aventura!
Te recodaré siempre con ternura...
muchos besos de tu señorita y que el paso por este jardín sea un recuerdo tan dulce como un rico chupetín".
"Jardín, tiempo de descubrimientos.
Tiempo de alegrías, de risas y de magia.
Otra etapa comienza .Nueva . Diferente.
Otro año por empezar y es como si viera tu carita atenta, soleada...inquieta.
Y aunque no camines a mi lado, yo estaré allí.En cada risa , en cada juego.
Porque te levaste un pedacito mío y te llevaste todo lo que tenías con tan sólo 5 añitos.
No te apures. Camina lento, camina firme...pero nunca abandones.
Sé que algún día nos cruzaremos y que dentro de tu cuerpo adulto , seguirá allí un delantal a cuadritos con un bolsillito de arena, un rayito de sol, mucha ternura y un montón de ganas de jugar.
Te quiero.Muchas gracias y ¡Felices Vacaciones!"
Elenita Armadeo
"¡Hasta siempre!Hoy quiero decirte ¡Gracias! por haberme regalado la pureza de tu inocencia infantil.
Que crezcas con la ilusión de alcanzar siempre una estrella, que pintes la vida de esperanza.
Ojalá que cada día puedas amanecer bajo el sol de la familia y la amistad verdadera porque lo "esencial es casi invisible a los ojos".
Te deseo todo eso pero sobre todo que seas ¡muy, muy feliz!"
Silvia Zurdo
Tu mano y la mía
hicieron un sol
pequeño, gigante
radiante de amor.
Pasaron los días,
nuestro sol creció
pero hoy debemos
decirnos adiós.
Por eso (nombre del niño)
te pido yo
a donde vayas
lleva nuestro amor.
Con cariño, tu"Seño"
Porque jugamos y descubrimos tesoros,
porque reímos juntos y también nos emocionamos,
porque hicimos garabatos y los pintamos.
Porque tuvimos sueños y también creamos,
y por otras tantas cosas que compartimos
y solo nosotros, en nuestro corazón, guardamos.
Hoy te voy a regalar
muchos abrazos y besos,
para que nunca te olvides
de todo lo que te quiero.
Historia de la Navidad
Preparándonos para la llegada de la Navidad... Este es un hermoso vídeo para los niños
Cuento "Caperucita Roja y el Lobo Feroz"
Caperucita Roja y el Lobo Feroz
Había una vez una adorable niña que era querida por todo aquél que la conociera, pero sobre todo por su abuelita, y no quedaba nada que no le hubiera dado a la niña. Una vez le regaló una pequeña caperuza o gorrito de un color rojo, que le quedaba tan bien que ella nunca quería usar otra cosa, así que la empezaron a llamar Caperucita Roja. Un día su madre le dijo:“Ven, Caperucita Roja, aquí tengo un pastel y una botella de vino, llévaselas en esta canasta a tu abuelita que esta enfermita y débil y esto le ayudará. Vete ahora temprano, antes de que caliente el día, y en el camino, camina tranquila y con cuidado, no te apartes de la ruta, no vayas a caerte y se quiebre la botella y no quede nada para tu abuelita. Y cuando entres a su dormitorio no olvides decirle, “Buenos días”, ah, y no andes curioseando por todo el aposento.”
“No te preocupes, haré bien todo”, dijo Caperucita Roja, y tomó las cosas y se despidió cariñosamente.
La abuelita vivía en el bosque, como a un kilómetro de su casa. Y no más había entrado Caperucita Roja en el bosque, siempre dentro del sendero, cuando se encontró con un lobo. Caperucita Roja no sabía que esa criatura pudiera hacer algún daño, y no tuvo ningún temor hacia él.
“Buenos días, Caperucita Roja,” dijo el lobo. “Buenos días, amable lobo.”
– “¿Adonde vas tan temprano, Caperucita Roja?”
– “A casa de mi abuelita.”
– “¿Y qué llevas en esa canasta?”
– “Pastel y vino. Ayer fue día de hornear, así que mi pobre abuelita enferma va a tener algo bueno para fortalecerse.”
– “¿Y adonde vive tu abuelita, Caperucita Roja?”
– “Como a medio kilómetro más adentro en el bosque. Su casa está bajo tres grandes robles, al lado de unos avellanos. Seguramente ya los habrás visto,” contestó inocentemente Caperucita Roja. El lobo se dijo en silencio a sí mismo: “¡Qué criatura tan tierna! qué buen bocadito – y será más sabroso que esa viejita. Así que debo actuar con delicadeza para obtener a ambas fácilmente.” Entonces acompañó a Caperucita Roja un pequeño tramo del camino y luego le dijo: “Mira Caperucita Roja, que lindas flores se ven por allá, ¿por qué no vas y recoges algunas? Y yo creo también que no te has dado cuenta de lo dulce que cantan los pajaritos. Es que vas tan apurada en el camino como si fueras para la escuela, mientras que todo el bosque está lleno de maravillas.”
Caperucita Roja levantó sus ojos, y cuando vio los rayos del sol danzando aquí y allá entre los árboles, y vio las bellas flores y el canto de los pájaros, pensó: “Supongo que podría llevarle unas de estas flores frescas a mi abuelita y que le encantarán.Además, aún es muy temprano y no habrá problema si me atraso un poquito, siempre llegaré a buena hora.” Y así, ella se salió del camino y se fue a cortar flores. Y cuando cortaba una, veía otra más bonita, y otra y otra, y sin darse cuenta se fue adentrando en el bosque. Mientras tanto el lobo aprovechó el tiempo y corrió directo a la casa de la abuelita y tocó a la puerta.“¿Quién es?” preguntó la abuelita.
“Caperucita Roja,” contestó el lobo.
“Traigo pastel y vino. Ábreme, por favor.”
– “Mueve la cerradura y abre tú,” gritó la abuelita, “estoy muy débil y no me puedo levantar.”
El lobo movió la cerradura, abrió la puerta, y sin decir una palabra más, se fue directo a la cama de la abuelita y de un bocado se la tragó. Y enseguida se puso ropa de ella, se colocó un gorro, se metió en la cama y cerró las cortinas.
Mientras tanto, Caperucita Roja se había quedado colectando flores, y cuando vio que tenía tantas que ya no podía llevar más, se acordó de su abuelita y se puso en camino hacia ella. Cuando llegó, se sorprendió al encontrar la puerta abierta, y al entrar a la casa, sintió tan extraño presentimiento que se dijo para sí misma:
“¡Oh Dios! que incómoda me siento hoy, y otras veces que me ha gustado tanto estar con abuelita.” Entonces gritó: “¡Buenos días!”, pero no hubo respuesta, así que fue al dormitorio y abrió las cortinas. Allí parecía estar la abuelita con su gorro cubriéndole toda la cara, y con una apariencia muy extraña.
“¡!Oh, abuelita!” dijo, “qué orejas tan grandes que tienes.”
– “Es para oírte mejor, mi niña,” fue la respuesta. “Pero abuelita, qué ojos tan grandes que tienes.”
– “Son para verte mejor, querida.”
– “Pero abuelita, qué brazos tan grandes que tienes.”
– “Para abrazarte mejor.” – “Y qué boca tan grande que tienes.”
– “Para comerte mejor.” Y no había terminado de decir lo anterior, cuando de un salto salió de la cama y se tragó también a Caperucita Roja.
Entonces el lobo decidió hacer una siesta y se volvió a tirar en la cama, y una vez dormido empezó a roncar fuertemente. Un cazador que por casualidad pasaba en ese momento por allí, escuchó los fuertes ronquidos y pensó, ¡Cómo ronca esa viejita!Voy a ver si necesita alguna ayuda. Entonces ingresó al dormitorio, y cuando se acercó a la cama vio al lobo tirado allí.“¡Así que te encuentro aquí, viejo pecador!” dijo él.”¡Hacía tiempo que te buscaba!”
Y ya se disponía a disparar su arma contra él, cuando pensó que el lobo podría haber devorado a la viejita y que aún podría ser salvada, por lo que decidió no disparar. En su lugar tomó unas tijeras y empezó a cortar el vientre del lobo durmiente.
En cuanto había hecho dos cortes, vio brillar una gorrita roja, entonces hizo dos cortes más y la pequeña Caperucita Roja salió rapidísimo, gritando: “¡Qué asustada que estuve, qué oscuro que está ahí dentro del lobo!”, y enseguida salió también la abuelita, vivita, pero que casi no podía respirar. Rápidamente, Caperucita Roja trajo muchas piedras con las que llenaron el vientre del lobo. Y cuando el lobo despertó, quizo correr e irse lejos, pero las piedras estaban tan pesadas que no soportó el esfuerzo y cayó muerto.
Las tres personas se sintieron felices. El cazador le quitó la piel al lobo y se la llevó a su casa. La abuelita comió el pastel y bebió el vino que le trajo Caperucita Roja y se reanimó. Pero Caperucita Roja solamente pensó:
“Mientras viva, nunca me retiraré del sendero para internarme en el bosque, cosa que mi madre me había ya prohibido hacer.”
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